jueves, 21 de febrero de 2013

COLORES.



Una historia hindú dice que en cierta ocasión los colores comenzaron a pelearse. 
Cada uno quería ser el más importante. 
El verde alegaba que era el color de la vida y la esperanza, y el más repartido por la naturaleza. 
El azul reivindicaba ser el color del agua, del mar, del cielo y de la paz. 
El amarillo decía ser el color de la alegría, del sol y de la vitalidad. 

El naranja pretendía ser el color de la salud, de la vitamina y de la fuerza: sólo había que pensar en las naranjas, mangos, papayas, zanahorias y calabazas. 
El rojo subrayaba su fuerza y valor, su pasión y su fuego. 
El púrpura indicó que era el color de la nobleza y del poder. 
Y el añil hizo notar que era el color del silencio, de la reflexión, de la oración y de los pensamientos profundos. 
La lluvia observó la disputa e intervino con fuerza: los colores se acurrucaron entre sí y se fundieron en uno. 
Cuando cesó la lluvia, se desplegaron en forma de arco iris y todos y cada uno de ellos lució su belleza sin rivalidades.
… Y se dieron cuenta de la hermosura de la unión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario