jueves, 27 de junio de 2013

FOBIAS Y ATAQUES DE PANICO.



La mayoría de nosotros, siente miedos que es posible enfrentar si nos lo proponemos, pero hay casos en los que la persona no puede sola y tiene que recurrir a ayuda profesional.
Una fobia es más que un simple miedo, es un tipo de transtorno de ansiedad, un temor fuerte e irracional de algo que representa poco o ningún peligro real.
El trastorno se desarrolla cuando un temor se hace tan fuerte que la persona comienza a organizar su vida para evitar los objetos o situaciones que son la fuente de su temor.
Cada una tiene un origen en la ansiedad, pero las verdaderas causas subyacentes son más complejas y pueden involucrar varios factores tanto ambientales, como psicológicos.
Hya fobias simples y complejas.
La gama va desde lo aparentemente mas simples, como por ejemplo el miedo a las arañas (aracnofobia) o a otro tipo de animales, incluso a los perros, gatos o aves, hasta el miedo al encierro (claustrofobia), el vértigo o aun mas complejo, el miedo a salir, enfrentar la vida, la agorafobia o fobia social.
Existen casos muy frecuentes de personas que pasan años encerradas, dependiendo de otros para subsistir.

Un ataque de pánico, en cambio, es un momento de intenso miedo y angustia, que se presenta acompañado de una serie de síntomas físicos y cognitivos.

Generalmente estos ataques ocurren por causa de un disparados, el cual se presenta súbitamente y crea un estado de ansiedad y confusión casi instantaneo.
La persona se paraliza, su mente se llena de pensamientos de paranoia y peligro, se siente como si fuera a morir.
Comienza una fuerte taquicardia, palpitacioness, falta de aliento, náuseas, mareos, dolores en el pecho, hormigueos y otros síntomas, y estos son los más frecuentes.
Los especialistas aconsejan que cuando se está sufriendo de un ataque de pánico, respieres lentamente y recuerdes que no te puedes morir mientras lo estás experimentando.
La buena noticia de un ataque de pánico es que lo unico que no puede pasarte es que te mueras.
Hay una sensación de muerte inminente, de miedo frente a la pérdida de la conciencia temporal, pero recuerda siempre que eso es lo que genuinamente nunca va a pasar durante un ataque de pánico.
También conocido como crisis de angustia, suele aparecer así, de repente. 
En pocos minutos empiezas a encontrarte mal. 
Tu respiración se vuelve agitada, sientes hormigueo en tus brazos o piernas, los latidos de tu corazón se disparan y puedes llegar incluso a desmayarte.
Lo que llama la atención es la forma en la que suelen ocurrir. Lo normal es que ocurran de noche, cuando te encuentras relajado y despreocupado, sin una amenaza real que pueda suponerte un peligro. Pero aún así suceden, con el consiguiente miedo y preocupación que suelen llevarte a pensar que te está ocurriendo algo grave o que vas a perder el control de la situación.
Para superarlo, lo mejor es estar informado para tratar de no concederles una importancia capital, y saber que en cuestión de minutos te encontrarás mucho mejor. Has de saber que, como en muchos de los problemas psicológicos, los ataques de pánico son un reflejo de quealgo no marcha bien. Resulta realmente difícil encontrar la causa exacta de su aparición, pero lo que sí sabemos es que es una manifestación de una lucha en nuestra psique.
Si suelen ocurrirte o llegas a sufrirlos alguna vez, lo primero que debes hacer es concentrarte en respirar muy despacio. Trata de llenar tus pulmones de aire todo lo que puedas, retenerlo durante un tiempo y luego expulsarlo suavemente. Haciendo esto varias veces conseguirás disminuir poco a poco tu ritmo cardíaco.
Tan importante como mantener a raya los síntomas fisiológicos resulta combatir los síntomas cognitivos. Ahora que sabes lo que te ocurre, no permitas que te asalten pensamientos del tipo "voy a morirme" o "estoy perdiendo el control de mi cuerpo". Reemplázalos por otros que te serán más útiles como "es sólo cuestión de minutos" o "soy perfectamente capaz de controlar la situación"
Es posible que sólo aparezca un episodio en toda tu vida, o también puede ser que te ocurra más de una vez. Sea como sea, has de lograr ir ganando poco a poco control en estas situaciones. Muchas personas quedan muy preocupadas después de un ataque, y comienzan a sentir miedo ante la posibilidad de sufrir otro. Es la ansiedad anticipatoria, y puedes combatirla si logras no darle al problema más importancia de la que realmente tiene.
Los tibetanos recuerdan lo automaticamente sanador del abrazo, entonces, si tuvieras al lado o en la cercanía a un ser querido, pídele ese abrazo.
Que se una el plexo solar y el pecho, el corazón con el otro, latiendo al unísono, y eso lleva a que quien tiene una vibración mas calma y controlada logra, que los latidos acelerados de quien padece el ataque de pánico, se vayan nivelando, equilibrando y cese la sensación de desesperación.
Siempre se puede salir de una fobia y del pánico con la ayuda adecuada de un profesional en el tema, que te guie, acompañe y sane las causas originales de ese trastorno.
Si el médico o terapeuta se mueve desde lo holístico y natural, hay chances de un éxito muy rápido; Si consigues identificar tus puntos débiles y mejorarlos, muy probablemente los ataques de pánico ya no tengan ningún sentido en tu vida y terminen por desaparecer, además puede ayudarte la naturaleza, ya que da a traves de sus plantas, códigos de sanación que desafían aun a la ciencia más avezada.


Espiritualidad Práctica.


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