Desde pequeño siempre me ha fascinado la idea de estar viendo, en una noche con cielo estrellado, aquellas diminutas luces que posiblemente ya no existan y espacios vacíos donde, seguramente habrá una estrella que yo aún no pueda ver, que no veré nunca.
Un profesor en el colegio nos lo explicó cuando era pequeño, y esa idea siempre anduvo conmigo; una estrella que está a miles de años luz, puede que haya cumplido su función, que haya desaparecido, pero su luz aún esté llegando, por que la distancia es mucha, y la luz no viaja lo bastante rápido para que este suceso sea inmediato.
Así de igual manera, puedo estar no-viendo una estrella que habiendo nacido hace miles de años, aún no han llegado sus primeros rayos a mis ojos.
Del mismo modo me sucedió cuando me dijo otro profesor (o el mismo, no me acuerdo) que un objeto que vemos de color rojo, contiene todos los colores menos el rojo.
Dicho objeto tiene la propiedad, por su tintura, de absorber todos los colores y escupir el rojo, con lo cual llega a nuestros ojos.
Por eso un objeto negro se calienta más que uno blanco, por que el negro absorbe todos los colores y sin embargo el blanco los repele todos.
Como la luz del sol, contiene todos los colores (luz blanca), es lo que vemos cuando este objeto blanco los rechaza.Pero este batiburrilo de colores sólo es así con la luz blanca.
Si cambiamos la luz "base", lo que antes era rojo, ahora es blanco y así la teoría de la relatividad de Einstein entra en acción.
¿Como vería yo un objeto desconocido cuya forma no ha sido contemplada por nadie nunca y color y textura igualmente no entran dentro de ninguna clasificación hecha por el se humano??
Pues la respuesta, después de intimar enormemente con la pregunta, me lleva a otra pregunta...
¿Podría ver yo tal objeto, que puede ser captado por mis ojos pero no procesado por mi cerebro???
Y del tal forma, sin contestar a ninguna de las preguntas, me encuentro metido de lleno en la idea de que es posible que no veamos cosas que hay a nuestro alrededor, simplemente por que no entran dentro de nuestros grupos clasificatorios de tamaño, forma, color, substancia, etc...
Y del mismo modo podríamos decir que no podemos catalogarnos a nosotros mismos, por que nuestra "verdadera identidad" permanece a salvo, ya que lo que somos tampoco entra dentro de nuestras propias clasificaciones, por el hecho de que el objeto clasificado no puede se clasificador de sí mismo.
El cognoscente no puede ser objeto conocido en ningún sentido, como ese objeto extraño que no entra dentro de los conceptos de nuestra mente.
Por que es nuestra mente la que debemos conocer, pero es la propia mente el órgano de conocimiento.
Como cuando se trepana un cerebro, que no se necesita anestesia por que la fuente que codifica los sentidos no puede tener sentidos.
Y así, dándole vueltas a la mente, la rueda sigue girando...Y cuando dejamos de darle vueltas, no hay estrellas, no hay mente, no hay colores, ni objeto conocedor ni objeto conocido, sólo este vacío maravilloso que es "el principio" de todas las estrellas, todas las mentes, todos los colores, todos los objetos conocedores y todos los objetos conocidos... y todos los vacíos...
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