lunes, 8 de abril de 2013

EL PERDON.



El perdón alivia la carga de un pasado doloroso y permite continuar adelante con la sensación de un bienestar interno. Por eso debemos perdonarnos y perdonar, en el orden mencionado, puesto que si uno no puede manejar el perdón en su propia vida, mucho menos será capaz de ofrendarlo al otro.
El perdón nace de una decisión interna de alejarnos de la ofensa y el rencor. 
El que perdona ganará paz en su alma. 
Su gran desafío a partir de perdonar será concentrarse en evolucionar, en dejar de repetir los hechos ignorantes de su pasado.

Pero mejor, tras la búsqueda, vayamos a un sencillo e interesante ejercicio práctico: Si tienes ganas realmente de perdonar a alguien, una de las técnicas más efectivas consiste en imaginar a esa persona y manifestarle como si estuviera delante de ti: “Te perdono”. 
Quizá el primer día, el segundo, el tercero, no sientas que tus emociones negativas te hayan abandonado. 
Sigue intentándolo igual, no abandones, y pronto comprobarás que en un momento ya no vas a sentirlas.  
Ahí, al perdonar, habrás sacado de tu sistema nervioso el estrés negativo de lo que pasó.
Si amas, el perdón viene incorporado. 
El verdadero Ser, el que está atrás del velo de las personalidades, directamente ama. 
Es el ego, el “Yo” falso y transitorio, el que perdona, no el verdadero Ser al que hacemos referencia.
Deja de ser prisionero de los resentimientos y recordá que el sentido de nuestra existencia reside en amarnos tanto a nosotros mismos como para dejar de sentir rechazo o emociones bajas por los demás.
Acepta lo que es, lo que fue y lo que podría ser. 
Perdona todo, a todos, a ti mism@, inclusive, a través de la aceptación: Eso es suficiente, te lo garantizo desde lo profundo del corazón. 
Encuentra la manera de satisfacerte en cada momento. 
No olvides preguntarte quién eres y qué debes aprender de lo vivido.
Cuando amas y no temes, eres capaz de perdonar y de ver las cosas desde la perspectiva apropiada. 
Al perdonar disuelves la culpa y la ira, dos emociones extremadamente nocivas. 
Perdonar es un acto de amor. 
El amor da y perdona. 
El amor nunca puede vivir con ideas de venganza porque ve a los demás como maestros, no como enemigos.

Un Mundo Mejor.


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