miércoles, 17 de abril de 2013

COMO AYUDAR A LOS DEMAS?


Tendrás que saber que la mayoría están cerrados a ideas alternativas.
Pueden discutir contigo, actuar como si tú fueses un loco, o reírse en tu cara.
Quizá una entre diez, será suficientemente liberal como para mantener una conversación inteligente, pero no esperes que el resto esté tan dispuesto .
 No todo el mundo está preparado para pensar fuera de las estructuras, y cuanto más tiempo esté en estrechez mental, más le costará salirse de ella.
Por eso la gente mayor, tenderá a ser menos receptiva que los jóvenes.
Los peores son los " pseudo intelectuales" que-lo-saben-todo, y que miran por encima del hombro a cualquiera que sostiene una opinión diferente.
Pero nunca sabes en qué punto se halla la gente, hasta que interactúas con ellos.
Por tanto, guárdate de juzgarlos hasta que sus acciones hablen por sí mismas.
La buena noticia es que algunos individuos están despertando, encontrándose a sí mismos en situaciones similares a las tuyas.
Por otro lado, muchos de ellos se están marchitando espiritualmente, estando cada vez más vacíos y amargados.
Así pues, recuerda que, dado que "salvar al mundo" requiere que la gente se salve a sí misma, sólo pueden ser ayudados los que así lo quieren.
No tiene sentido frustrarse totalmente con el rechazo y el ridículo que puedes recibir de aquéllos que no están queriendo expandir sus mentes.
La forma más segura de trabajar para el mejoramiento de la humanidad es mejorarte a ti mismo, educarte a ti mismo, adquirir habilidades, y entregar el conocimiento sólo a quiénes están listos para saberlos apreciar.
Se trata más de construir tu potencial para servir, que de salir afuera y tratar de echarles flores a los cerdos.
Las oportunidades reales de "hacer algo" ocurren cuando tengan que suceder, te sentirás inspirado con una buena idea y tu situación coincidirá con que estás en el lugar correcto para que la lleves a cabo.
Entretanto, prepárate. Mejorarte a ti mismo significa llegar a ser más estable mentalmente, más equilibrado emocionalmente, adquirir sabiduría de la observación y la experiencia, teniendo mucho cuidado de tratar con las personas según su nivel de comprensión.
Educarte a ti mismo significa aprender más acerca de lo que realmente importa, de lo que realmente está ocurriendo tanto en este mundo y como dentro de ti mismo.
Las cosas escondidas que manipulan a la gente, y que podrían ser detenidas si tan sólo lo supieran, y los principios positivos que, si llegan a conocerse y aplicarse, permiten que uno progrese más inteligente y poderosamente, a la vez que compasivamente a través de la vida.
Volverte más habilidoso significa encontrar tu sitio para comunicarte.
Algunos son buenos transmitiendo mensajes a través de la música o el arte; otros, a través de la escritura, de conversaciones informales o de conferencias públicas.
Si puedes, conviértete en un "centro de ayuda" andante, para que aquéllos que encuentres que necesitan un poco de inspiración o de ayuda para comprender algo, puedan beneficiarse de lo que tú ya has aprendido.
Eso es algo bueno.
Sea lo que sea lo que aprendas, asegúrate de reflexionarlo y no únicamente de memorizarlo.
Mira lo que te explica, busca lo que deja de explicar. Con el tiempo te volverás hábil en discriminar la verdad del engaño, que es una habilidad muy importante, porque el camino hacia el conocimiento superior está plagado de engaños y trampas.
Trabajar en red con otros de orientación similar funciona de maravilla.
Las ideas saltan de uno a otro. Aparecen nuevas ideas, aparentemente de la nada, una persona tiene una idea y otra parece tener la habilidad necesaria para ponerla en práctica, y así sucesivamente.
Así pues, ya sea en Internet o en la vida real (y probablemente en los dos) puedes ir con optimismo a conectar con otros, buscándolos o quizá colocándote a ti mismo allí a través de una página Web o de un blog, a fin de pescar a aquéllos que podrían ser mutuamente buenos aprendices.
Sincronicidades sutiles guían estas conexiones, pero tiene que haber una probabilidad no igual a cero de que la conexión pueda siquiera suceder.
Por eso, mientras tú te cuides del mecanismo, la realidad cuida del resto.
Tu familia espiritual existe ya ahora aquí y la mayoría en una dimensión superior, dispersa por ahí la semilla, y sólo será cuestión de tiempo.

QUE PUEDE HACERSE?
A medida que prosigues tu búsqueda, hay mucho que aprender acerca de la abundante corrupción, injusticia y explotación en este mundo, antes de que empieces a desear "hacer algo" sobre estos problemas.
Quizás te frustre que no haya mucha más gente viendo la verdad, y que aquéllos que la ven no hagan nada.
Toda la lectura, trabajo en red y conversación puede parecer como una ineficiente utilización del tiempo, cuando el mundo parece estar incendiándose ante nuestros ojos y se necesita actuar ahora.
Es esta actitud impaciente la que convierte la energía invertida en frustración, apresuramiento y auto sabotaje.
Sé sabio, y recuerda que la preparación y la coordinación son claves para una acción efectiva, y que la oportunidad la deciden factores que no siempre están bajo tu control.
Actuar antes de tiempo falla el tiro de igual manera que llegar tarde.
Cuando la energía no está siendo emitida, se acumula.
Cuando el tiempo no está maduro para la acción, haz preparativos para una acción más efectiva.
Leer, aprender, compartir, comentar, construir, trabajar en red, practicar, todas éstas son maneras de acumular la energía necesaria para poder soltarla después, para poner en su lugar las herramientas, habilidades e infraestructura necesarias para aprovechar al máximo las oportunidades que se presenten. Las oportunidades son como puertas abiertas.
Intentar pasar a través de una puerta cerrada es innecesario.
Observa de qué manera perseguimos los intentos más ingratos en la vida, a pesar de la resistencia interna y externa, a pesar de la desgana, de la punzante intuición, de las señales de aviso, y de que las cosas simplemente no están funcionando suavemente.
Estos senderos están sembrados de obstáculos que incrementan la distracción y hacen que despilfarres esfuerzos.
Las buenas oportunidades se abren cuando estás frente a ellas, requiriendo sólo que pases por la puerta.
Observa que los intentos más gratificantes vienen con ayuda interna y externa, acompañados por un genuino entusiasmo, y que las cosas se van poniendo en su lugar de forma natural.
Cualquier desafío que siga estas líneas sirve para añadir emoción, y transforma el esfuerzo en éxito.
Cuando se manifiesten las mejores oportunidades, no tendrás ni dudas ni vacilaciones en actuar con ellas.
Como siempre, aquí hay dos riesgos a evitar, el primero es dejar que la impaciencia, las ilusiones o la motivación deshonesta sobrepasen tu intuición y mejor juicio.
 Esto conduce a golpear la puerta equivocada, o quizás a forzar prematuramente el camino a través de la puerta correcta.
El segundo riesgo es esperar pasivamente una buena oportunidad que surja de la complacencia crónica.
Examinemos este segundo riesgo más de cerca.
 Es cierto que cuando uno está en el camino correcto, todo se pone en su lugar de manera natural.
Pero algunos se toman esto como excusa para la complacencia, pensando que, dado que todo se manifestará en su momento oportuno, lo único que tienen que hacer es sentarse y esperar.
Lo que olvidan es que estar en el sendero correcto no significa nada si uno no anda a lo largo de él.
Como en una autovía con salidas, la salida correcta vendrá en su momento, pero aparcar y esperar a que la salida llegue hasta nosotros es una contradicción.
Es llevando a su realización cada oportunidad previa, que se manifestará la próxima.
Pero la gente que ya se atascó en su surco empieza con un impulso cero, y por tanto deben saltar para empezar el proceso haciendo algo por voluntad propia.
Es un simple desplazamiento de enfoque hacia algo interesante o estimulante, e ir hacia ello.
Resumiendo, la preparación y la acción son importantes por igual, cada una teniendo su propio tiempo, y estando determinadas por las circunstancias.
El momento de la acción es cuando tu preparación y tu entusiasmo coinciden con la oportunidad.
Si encuentras obstáculos en lugar de desafíos, entonces repasa la sinceridad de tu motivación, examina la validez de tus métodos, y busca si las condiciones están realmente maduras para recibir tus esfuerzos.
La falta de progreso radica en utilizar la fuerza para superar los obstáculos, o en esperar pasivamente a que se presente la oportunidad.
Cuando el miedo a no ser adecuado le impide a uno entrar en acción, recuerda que el tiempo gastado quejándote puede ser mejor utilizado si te dedicas a prepararte.
Y por último, sabe que todo se coloca en su lugar de la forma más elegante cuando uno está ocupado en alguna realización positiva para impedir adelantarse a la siguiente.
En el fondo estamos interesados en acciones que iluminen y den poder a los demás, presentándoles una alternativa más verdadera.
Para que la ayuda sea efectiva, el receptor debe ser primero consciente de la elección, luego debe elegir, y por último debe hacer lo que sea necesario para llevarla a cabo.
Es fácil ver que la ignorancia y sufrimiento actuales se originan o bien cuando las personas no son conscientes de la elección, o cuando son conscientes pero no la eligen, o cuando la eligen, pero no tienen la fortaleza y disciplina necesarias para ponerse a trabajar.
Esto pues determina cuál es nuestra responsabilidad y cuál es la suya.
Nuestra responsabilidad es iluminar y potenciar, y la suya es elegir y llevar a cabo.
Iluminar significa presentar con claridad la elección; potenciar significa proveer a aquéllos que han escogido.
Aunque podamos aconsejarles, no podemos obligarles.
Aunque podamos apoyarles, no podemos llevar su carga.
Ignorar estas distinciones conduce o a desperdiciar energía, a una dinámica que no funciona.
Considera a los predicadores, a los activistas quijotescos que intentan imponer sus puntos de vista a otros, que han escogido algo diferente, a los gurús, que crean un insano estado de dependencia, cargando el peso de sus seguidores.
Para evitar estas vías erróneas, debes saber cuándo informar, cuándo ayudar, y cuándo dar marcha atrás.
Todo esto llega con la experiencia, si aprendes de los resultados.
En pocas palabras, cuanto más tú entusiasmo interno y tu disponibilidad coincida con la necesidad externa y la oportunidad, más probablemente estarás actuando en armonía con tu yo superior.
 La sintonía de un momento así es: "Ha de hacerse esto. No tengo dudas de que es lo correcto, y resulta que estoy en condiciones de hacerlo. Mi motivación viene del corazón, y estoy dispuesto a responder a la llamada".
Cuan suave o rudamente el Cambio llegue a su ejecución depende en realidad de cuan acertadamente tú y otros elijan elevarse hacia su sabiduría espiritual, su equilibrio y su comprensión.
Cuánto más alta sea la frecuencia de tu alma y tu conocimiento, más sintonizarás un canal de experiencias que sean armoniosas y felices.
Otros conectados contigo recibirán también un pequeño empujón hacia arriba.
Cuando te elevas a ti mismo, elevas el mundo de manera indirecta pero significativa.
Naciste aquí por una razón, y esta razón se hará cada vez más clara para ti a medida que la vida se desarrolle.
Si persigues lo que realmente energetiza tu alma, y te da un sentimiento interno de total realización, las cosas se pondrán en su lugar de forma automática.
 Tus talentos latentes serán atraídos al exterior según lo requieran las circunstancias.
Responde a los desafíos con entusiasmo, y esos talentos escondidos florecerán.
Sé inteligente cuando mantengas tus creencias.
Es mejor crear lo nuevo que atacar lo viejo.
Diviértete con la vida, mantén tu sentido del humor, y recuerda buscar el amor, la verdad y la sabiduría por encima de todo.
Que brilles con intensa luz ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

...Tu Amigo del Alma.

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