miércoles, 4 de septiembre de 2013

EJERCICIOS BÁSICOS PARA MUJERES, EN EL MANEJO DE ENERGIA Y FUERZA.


Lichtkoerper-klein
Energía y fuerza son fenómenos diferentes.
Para el ser humano, energía implica la detección de movimiento y presión invisible.  Nos influye como cualidad y afecta nuestra sensación y nuestra psicología.
Fuerza significa impulso, dirección y efecto; es el resultado de la intención, consciente o sutil.
Por ejemplo, estamos compuestos por y poseemos energía que usamos libremente en la vida diaria.  Nos deleitamos en ella como si fuera un regalo espontáneo que nos ofrece la creación, sin darnos cuenta como contribuimos a ello.  En una formación energética consciente, la persona aprende a detectar fuentes de energía y a formular fuerzas que configurarán la realidad.
Los significados personales están compuestos de nuestra experiencia de la energía.  Sin embargo, nuestros objetivos son un resultado directo del uso de la razón.  Estos producen fuerza por medio de la voluntad y de la intención, para crear efectos en nuestro mundo.  Llamamos esta fuerza, “poder”.  Aunque el poder es dirigido por la mente, emana de las energías corporales en diferentes localidades.
Al mismo tiempo que esto ocurre, nuestras emociones conspiran a condicionar las energías dentro y alrededor del cuerpo, al igual que nuestra mente marca el paso y afecta nuestro mundo.
NIVEL BÁSICO
Primera Fase: ¿Quién soy?
Identifica lo que es tu verdadero centro de fuerza, donde se encuentra, como afecta el cuerpo, tu actividad y finalmente observa como afecta y es recibido por los que te rodean.Está situado en tu cuerpo físico.  Lo sentirás como un movimiento profundo.
A través de la sensación física podrás descubrir varios “centros”; escoge aquel que se encuentra en el mismo centro de tu cuerpo, el lugar que, una vez encontrado, parece contener todo tu cuerpo.  En una mujer, es una experiencia que envuelve el vientre (la evaluación emotiva de la experiencia de ti misma) y el corazón (la cualidad de lo correcto).  Este es tu centro de poder.  Regresa a él una y otra vez.
Distínguelo de tu postura habitual de poder que depende de pensamientos, estrategia, o aún de disposición emocional.  Ahora es puramente energético.  Contrasta la experiencia de este nuevo centro con el esfuerzo requerido en mantener tu postura habitual de poder. Evalúa el precio que has tenido que pagar y observa el estado liviano de flujo que ahora percibes.  En vez de una identidad basada en etiquetas y actividad, esta identidad emana de ti como un fenómeno energético, único y dinámico.
Segunda Fase: ¿Qué quiero?
Lleva tu mente a distinguir las diferentes metas que tienes y a que niveles están funcionando, cómo te afectan, cuales son las consecuencias de esas aspiraciones, y finalmente cómo determinan tu futuro.
Manifestar un propósito requiere tanto energía como dirección.  No se pueden obviar las necesidades de tu cuerpo, tus emociones, o tu mente; todas las partes están constantemente emitiendo cualidades particulares.  Si son dispares e indisciplinadas, estas influencias obstaculizarán la manifestación de tu intención.
Aprende a ser clara y a escoger.  Enfócate en la dirección y no en la meta.  Si no puedes, esto te indica que la meta te tiene cautiva y no tienes posibilidad de manifestarla.  Practica generar así como soltar el deseo, hasta que puedas captar lo que estás haciendo y cuales son las fuerzas que estás gestionando.
Distingue el estado de mantener una meta en mente del de sostener un foco sin una meta, sintiendo la Presencia de ti misma.  Aquí encontrarás variables tales como la emoción y las imágenes creadas por la mente.  Toma conciencia de ello.  Mídelo en términos de los efectos que producen en tu cuerpo y en tu mundo.  Ahora, escoge como quieres sentirte y ser.
Estás descubriéndote como un centro de emisión, un generador de dinamismo y de movimiento.  Estás descubriendo diferentes “cualidades” de fuerza, sus usos y tu dominio sobre ellas.
Finalmente, evalúa tu propósito en términos de la comunidad mayor (familia, amigos, etc.) y como tus opciones afectan a los otros.  ¿Vale la pena?  Cada campo energético que tu afectas se añade al tuyo; ¿estás usando tu poder apropiadamente? ¿Estás preparada para las consecuencias de las fuerzas que emites?
Tercera Fase: ¿Cuáles son mis prioridades?
Basado en lo anterior, ¿qué es lo más importante para ti, un estado de “ser” o la actividad de “tener” o “hacer”?  Si los aspectos personales y profesionales aún los mantienes separados y los mides por igual, repite los pasos de la primera instrucción y encuentra tu verdadero centro, donde te encuentras entera y plena, no dividida o condicional.  El hacer o el tener debería ser un resultado del ser.  Repite este procedimiento tantas veces como necesites para llegar a una estado unificado de percepción sin meta.
Sopesa las posibilidades a tu alcance, tus talentos, facultades y condiciones físicas.  Escoge aquellos propósitos que tu inteligencia y tu sentido de integración energético te dicen son importantes.
NIVEL INTERMEDIO
Las Tres Atenciones:  Práctica en la observación y el uso de la fuerza
Primera Atención:
Esto concierne el mundo inmediato de los sentidos.  Quiere decir el tiempo y el espacio material, tanto como la concienciación del cuerpo, mente y actividad.  Exige atención al detalle en todas sus formas.  Es el nivel común de ejecución y de eficiencia, requiriendo facultades aguzadas dentro de un espacio y propósito definido y delineado.  Es tu mundo concreto de cosas, dinero y comportamiento social.  El mundo corriente.
Segunda Atención:
Representa la concienciación de los fenómenos circundantes del mundo material.  Este tipo de experiencia concierne la visión de sombras, sentimientos y emociones, posibilidades y probabilidades.  Es una extensión del espacio-tiempo, todavía relacionado con la dinámica de la tercera dimensión.  Aquí tienes conciencia de las personas alrededor de un centro de actividad, sus reacciones y respuestas antes y después del foco principal.  Es una especie de vigilia, una actividad relacionada a cuidar de una persona o de un espacio.  La visión es más amplia y más difusa.  Uno se siente como si se percibiera por los sentidos, percatándose del peligro así como la oportunidad.
Tercera Atención:
Este es un espacio de silencio y de quietud interior dinámica.  Está vagamente conectado con el mundo exterior, como percepción expandida.  Existe una notable ausencia de intereses u opiniones personales.  Es una especie de afinación.
La postura es una de Presencia, semejante a la empleada por las sacerdotisas antiguas, guardianas de templos y de las influencias que los rodeaban.  Aumenta la percepción de la simultaneidad y de la variedad.  Se percibe un estado de neutralidad (como amplitud), en donde se revelan causas, múltiples y colectivas.  Se “sabe” y se “comprende” más allá de la información.  Crea la experiencia de “justicia”, lo “apropiado”, “ética” y “valores”.
Usualmente se accede a este espacio por medio de la meditación.  Es un estado de energía sin direccionalidad.  Contemplación en la Naturaleza ayuda a colocar de lado los detalles y propósitos, permitiéndole a la mente sumergirse en un estado de silencio de donde surgirán respuestas.
La tercera atención aporta coherencia a la disonancia.  Es lo que percibimos como la Paz.
MANIFESTACIÓN: Administrando recursos energéticos
Observación:  La percepción es diferente de la actividad del pensamiento; envuelve al cuerpo entero.
Pasos:
  1. Para toda actividad.  Enfócate en tu Centro y detén la actividad de la mente.
  2. Coloca tu atención en la dinámica del movimiento ofrecido por las emociones.  Explora la “alegría” y entonces suelta su significado, captando y sustentando la energía que genera. Esto será un resultado directo del manejo de las emociones previamente aprendido.  Sustenta ese estado de percepción dinámica.
  3. Ahora expande ese estado, dándole rienda suelta a la intensidad dinámica que has estado sosteniendo.  Hazlo por medio de la voluntad pero sin intención específica.  Concéntrate en la experiencia de ti misma como expansión energética, mientras la mente permanece en silencio.
  4. No deberá haber interés personal.
  5. Separadamente, crea un patrón o molde, un programa que quisieras manifestar.
  6. Mantén el estado de “intención” como uno de gestación sustentada, una forma de tensión alrededor de tu cuerpo físico; ahora inviste con ello el patrón que has visualizado.
  7. Permite que el molde adquiera vida a través de ti.  Géstalo.  Percibe y sobre todo “siente” como se manifiesta tu propósito.  Continúa a sustentar ese campo energético durante un tiempo más y renuévalo cuando lo necesites.
Z.R.

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