miércoles, 13 de noviembre de 2013

ALIMENTACION SANA.

¿Qué es la comida viva? 

Es la comida que no fue cocida y por lo tanto mantiene todos sus nutrientes intactos.
La cocción de los alimentos les destruye sus nutrientes originales y las enzimas que éstos poseen. Las proteínas en algunos casos también se destruyen y en otros se convierten en nuevas formas que no son fácilmente digeribles; y las vitaminas pierden totalmente su vitalidad.

Por eso es una pena que compremos alimento orgánico; las mejores y más nutritivas verduras y luego empleemos horas en preparar un plato que al cocinarlo le destruimos en minutos todo su precioso contenido nutricional .
Ya lo decía Pitágoras en el año 582 – 507 a.C.

“No gastes más tiempo en la preparación de alimentos, que el que necesitas para consumirlos”

Si observásemos con un microscopio, veríamos que el cuerpo etéreo de una célula viva centellea con la luz solar. Las células muertas no polarizan la luz y el calor desplegado se extingue. Los minerales del alimento vivo actúan como imanes, recogiendo la energía solar, llenando con ella nuestros cuerpos.
De manera más práctica lo veremos si tomamos una foto kirlian (fotografía que capta la energía vital) de un alimento vivo, en ella observaremos un gran aura de energía a su alrededor, no siendo así en un alimento cocido.
Los alimentos vivos hacen posible que el cuerpo se cargue con una cantidad enorme de energía que le permite la obtención de una potencia óptima en las facultades mentales, físicas y espirituales.

Los alimentos crudos son frescos, ricos y nos proporcionan vitaminas que no necesitaremos buscar en ningún suplemento. Si se comen alimentos naturales, crudos y bien combinados, éstos no dejarán residuos orgánicos en nuestro cuerpo, como lo hacen las carnes, las grasas, harinas y azucares.

No hace falta que uno coma todos los alimentos sin cocción, pero sí es necesario que SIEMPRE, en toda comida, haya algo crudo. Por ejemplo, si comemos arroz, quinoa, mijo o cualquier otro cereal cocido, que sea acompañado de verduras o ensaladas frescas.






viernes, 1 de noviembre de 2013

RELACIONES SANAS Y DURADERAS. (LA ELECCION)


1- Elige a alguien como si fueras cieg@. Cierra los ojos y observa qué puedes sentir de esa persona, de su gentileza, su lealtad, su comprensión, su devoción, su habilidad para ocuparse de ti, su habilidad para cuidar de sí mismo como un ser independiente. En nuestra cultura nos basamos mucho en lo que vemos con nuestros ojos externos. Pero cuando miramos al objeto de nuestro amor, es mucho más importante lo que vemos con los ojos cerrados.

2- Elige a alguien que tenga la habilidad de aprender. Si hay algo que verdaderamente hace diferencia entre un amante para toda la vida y uno fugaz, es una persona que tenga la habilidad de aprender. Dice el refrán “el ignorante es poco tolerante”. Aquellos que no pueden aprender cosas nuevas, ver las cosas a la luz de lo nuevo, ser curiosos acerca del mundo y de cómo funcionan las cosas o las personas, a menudo se cierran y dicen. “No, esto tiene que ser así, de este modo” y para una relación de toda la vida es mejor estar con alguien que se abra y se cierre aprendiendo y evolucionando.

3- Elige a alguien que quiera ser como tú, fuerte y sensible a la vez. Para no confundir el significado de estas palabras, no relacionarlas con la rigidez y la fragilidad. La fuerza en el sentido en que es fuerte un árbol: pueden soplar fuertes vientos pero se sostendrá porque es flexible y se moverá para adelante y para atrás con el viento. Y en cuando a la sensibilidad, estoy hablando de ver, estar alerta a las cosas que están alrededor de uno. Algunas personas pueden necesitar una pequeña ayuda en esto, pero a menudo en algún en algún lugar profundo en su mente, o en su corazón, ya están despiertos y alerta a todas estas cosas, si bien no saben cómo articularlas. Y es por eso que el número 2 es tan importante: la habilidad para aprender. Puedes tener todas las posibilidades, todas las potencialidades del mundo para ser amable, amoroso, devoto, bueno y el mejor amante conocido del género humano pero si no puedes aprender a desarrollar ese potencial. ¡Entonces no sirve de nada!

4- Elige a alguien que cuando lo hieras, sienta dolor y te lo muestre. Y viceversa... elige a alguien que cuando te hiera, vea tu dolor y lo registre. Esto es muy importante. Hay muchos modos en que la gente muestra el dolor. A veces reclamando es una de las cosas que hacen las personas más extrovertidas. Reclaman, se vuelven locos... pero es su propia expresión de dolor. Lo peor es cuando le haces a tu compañero algo que no es amable, o que es impensado y él no muestra reacción. Como si no se permitiera a sí mismo mostrarse verdaderamente humano en tu presencia. Pasamos por muchas relaciones o unas cuantas, antes de encontrar a alguien con quien querríamos pasar nuestra vida. Sentimos las heridas en tantas relaciones que empezaban con grandes esperanzas pero que terminaban con fallas y accidentes. Por otro lado, te vas a encontrar con otro que no está intacto, que también está herido de algún modo. Como resultado de esto es que la habilidad de tu compañero de mostrar su dolor es tan importante como su habilidad para percibir tu dolor. ¡Es muy importante! Porque por naturaleza de las relaciones hay momentos de tensión en que presionamos o hicimos algo que lastimó al otro y esto no puede ser evitado completamente, pero no debe ser la misma herida una y otra vez. La gente tiene que aprender cada vez. Puede que alguien haya acumulado enojo y sufrimiento, heridas de los amantes anteriores, y haya adquirido así la habilidad de herir al nuevo amante y hasta ser desbordado por el deseo de herirlo. Entonces debe ser capaz de parar, de detenerse cuando ve el dolor en la otra persona.

5- Elige a una persona que tenga una vida interior. Trabajando, dibujando, escribiendo, a través de la meditación, la religión, algo que ame. Elige a una persona que esté en viaje y te vea como a un compañero de camino, un compañero de viaje. La habilidad para estar completamente con el otro y al mismo tiempo enteramente separado es muy importante. Las relaciones son cíclicas y hay momentos para estar muy cerca el uno del otro y otros momentos para apartarse.

6- Elige a alguien que tenga pasiones similares a las tuyas en la vida. Una relación construye una memoria. Estas memorias, lo compartido, son el “pegamento” lo que une la relación. Por el placer que es recordar buenos tiempos juntos, pero también los tiempos duros. Si no hay nada que verdaderamente disfruten juntos, es muy difícil pasar estos tiempos con el otro. Aun cuando cada uno pueda ser muy distinto del otro y hacer cosas muy diferentes, tiene que haber algo, algo tan simple como descansar juntos en la bañera o secarse juntos el pelo al sol, o dar vuelta a la manzana cada noche, o cualquier cosa de estas muy simple... sé que estarás pensando, cepillarse juntos los dientes a la mañana... Si, poco más que esto.

7- Elige a alguien que tenga valores similares En cuanto a tener hijos, al nacimiento de los niños, la familia, roles de hombres y mujeres y las ideas acerca del dinero y la religión. Tal vez todas estas cosas juntas son el ideal y no las puedas encontrar todas sobre todo al principio de la relación, pero puedes tener esto en cuenta. Elegir a alguien que tenga valores similares tiene que ver con disminuir las fricciones en la relación y estas cosas deben sintonizarse si ha verdadero compromiso. Esta sintonía debe darse también en un nivel pragmático y cuando se da en estos niveles prácticos en más fácil que pueda darse en otros niveles más sutiles.

8- Elige a alguien compasivo, a alguien que sea capaz de escuchar, a alguien que te dé tiempo. Particularmente si eres una persona impulsiva, al tener un compañero que no sea tan impulsivo como tú, eventualmente hallarás cierta lentitud que será buena para ti. También alguien que sea un poco lento, al estar con un compañero que sea bien distinto se acelerará un poco. Y podrán después de un tiempo hallar un ritmo propio de la relación. A veces las personas tienen que estar ocho o nueve años hasta tener este ritmo completamente desarrollado. Lleva tiempo construir un milagro... no un milagro porque estén juntos sino por la fuerza que hay en el centro de una relación por la profunda guía del amor.

9- Elige a alguien que se pueda reír de sí mismo. Poder hacer un chiste y reír de la situación y de sí mismo es muy importante. Pero supongamos que no tienes un compañero muy chistoso, elige a alguien que pueda parar una discusión y aprender a reírse de la situación (vuelve al punto 2, alguien que tenga habilidad para aprender)

10- Elige a alguien a quien puedas tolerarle las fallas y características. En los momentos de tensión y cansancio, las cosas que más te atraerían de un compañero, las cosas más encantadoras, serían las que después te volvería loca... Así que no pienses que podrías vivir con alguien que tiene cosas que realmente molesta a las otras personas y que para ti no son importantes porque él o ella las está haciendo y él o ella es tu amante. Hay algunas cosas que son intolerables en cualquier relación sea el matrimonio o las sociedades y los negocios. Tales como el alcoholismo, el abuso sexual, el juego, las actividades criminales, Una persona que no dice la verdad, una persona que no te puede mirar a la cara, una persona por la que no podrías dar fe, una persona que puede hacer cualquier cosa por tapar sus errores. Todo eso sería construir una relación en un terreno inseguro.

11- Ser amigos y no-solo amantes. Y no es solo que digas “si yo sé lo que eso significa, significa que me guste y que lo ame” Significa más que eso y un modo de juzgarlo es pensar. ¿Harías por tu pareja lo que estás dispuesta a hacer por tu mejor amigo? ¿Estás dispuesta a escucharlo, estás dispuesta a hablar de las cosas de las que él tiene ganas de hablar, a prestar atención a los detalles de lo que dice o tiene ganas de hacer? Esto no significa que tengan que estar cuidándose el uno al otro siempre y para siempre, pero sobre ciertas bases y en algunos detalles por cierto que deben hacerlo. Entonces cuando pienses en lo que harías por tu mejor amigo y en lo que harías por tu amante, las cosas se aclararán para ti.

12- Elije a alguien que haga tu vida más grande, y no más pequeña.

Clarissa Pinkola Estés

miércoles, 25 de septiembre de 2013

DESVINCULARNOS DE LAS HERIDAS DEL PASADO. TRANSFORMACION



La inclinación a vincularnos con nuestras heridas, en lugar de dejarlas atrás, hace que experimentemos constantemente la sensación de  no ser dignos.
Una persona que haya experimentado acontecimientos traumáticos en la vida, como una violación sexual, la muerte de seres queridos, enfermedades traumáticas, accidentes, rupturas familiares, drogadicciones y otras cosas similares, puede llegar a vincularse con los dolorosos acontecimientos del pasado y rememorarlos para llamar la atención o despertar lástima en los demás.
Esas heridas de nuestras vidas parecen darnos una gran cantidad de poder sobre los demás.


Cuanto más les hablamos a otros sobre nuestras heridas y sufrimientos, tanto más creamos un entorno de compasión por nosotros mismos. 
Nuestro espíritu creativo permanece tan conectado con los recuerdos de nuestras heridas  que no puede dedicarse a transformar y manifestar. 
El resultado de ello es la sensación de desmerecimiento, de no  ser dign@ de recibir todo aquello que se desea.

La tendencia a vincularnos con las heridas de nuestras vidas nos recuerda lo poco merecedores que somos de recibir nada de lo que realmente nos gustaría tener, debido a que permanecemos sumidos en un estado de sufrimiento. 

Cuanto más se recuerdan y se repiten estas historias dolorosas, tanto más tiene garantizado esa persona que no atraerá la materialización de sus deseos.


Quizá la frase más poderosa que puedas llegar a memorizar en este sentido sea: «Tu biografía se convierte en  tu biología». 
A la que podríamos añadir: «Tu biología se convierte en tu ausencia de realización espiritual». 
Al aferrarte a los traumas anteriores de tu vida, impactas literalmente sobre las células de tu cuerpo. 
Al examinar la biología de un individuo, es fácil descubrir en ella su biografía. 
Los pensamientos angustiosos, de autocompasión, temor, odio y otros similares, cobran un peaje sobre cl cuerpo y el espíritu. 
Al cabo de un tiempo, el cuerpo es incapaz de curarse, debido en buena medida a la presencia de esos pensamientos.


El apego al dolor sufrido en los primeros años de la vida procede de una percepción mitológica según la cual «tengo derecho a una infancia perfecta, libre de dolor. 
Utilizaré durante el resto de mi vida cualquier cosa que interfiera con esta percepción. 
Contar mi historia será mi poder». 
Lo que hace esta percepción es darle permiso al niño herido que llevas dentro para controlarte durante el resto de  tu vida. 
Además, te proporciona una fuerte sensación de poder ilusorio.


Tenemos que ser muy cuidadosos para evitar explicar nuestra vida actual en términos de una historia traumática anterior.
Los acontecimientos dolorosos de nuestras vidas son como una balsa que se utiliza para cruzar el río.
Debes recordar bajarte una vez que hayas llegado a la otra orilla.





Observa tu cuerpo cuando has sufrido una herida. 
Una herida abierta se cierra en realidad con bastante rapidez. 
Imagina cómo serían las cosas si esa herida permaneciera abierta durante mucho tiempo. 
Se infectaría y, en último término, acabaría por matar a todo el organismo. 
El cerrar una herida y permitir que cure puede actuar del mismo modo en los pensamientos de tu mundo interior.


Así pues, no lleves contigo tus heridas. 
Afróntalas y pide a la familia y a los amigos que sean compasivos mientras te recuperas. 
Luego, pídeles que te lo recuerden amablemente cuando se convierta en una respuesta predecible. 
Quizá en cuatro o cinco ocasiones tus amigos y personas queridas te dirán: «Sufriste una experiencia trágica y comprendo perfectamente tu necesidad de hablar de ello. 
Me importa, te escucho y te ofrezco mi ayuda si eso es lo que deseas». 
Después de varias situaciones de este tipo, pídeles que te recuerden amablemente que no debes repetir la historia con el propósito de obtener poder a través de la compasión de los demás.


Al retroceder en tu camino y reavivar continuamente tu dolor, incluyendo la descripción de ese dolor y la calificación de ti mism@ (superviviente de un incesto, violación, abuso, huérfan@, abandonad@), no lo haces para sentirte más fuerte. 
Lo haces debido a la amargura que estás experimentando. 
Esa amargura se pone de manifiesto en forma de odio y cólera al hablar de esos acontecimientos, con lo que no haces sino alimentar literalmente el tejido celular de tu vida a partir de tu cosecha de acontecimientos del pasado.


Eso hace que se extienda la infección e impide la curación. 
Y lo mismo sucede con el espíritu. 
Esta cosecha de amargura te impide sentirte merecedor. 
Empiezas a cultivar entonces una imagen sucia, de criatura desafortunada, desmerecedora y difamada, y eso es lo que envías al universo, lo que inhibirá cualquier posibilidad de atraer el amor y la bendición a tu vida.


Aquello que te permitirá desvincularte de tus heridas es el perdón.
. El perdón es lo más poderoso que puedes hacer por tu fisiología y por tu espiritualidad, a pesar de lo cual sigue siendo una de las cosas menos atractivas para nosotros, debido en buena medida a que nuestros egos nos gobiernan de un modo inequívoco. 
Perdonar se asocia de algún modo con decir que está bien, que aceptamos el hecho perverso. 
Pero eso no es perdón.


Perdón significa llenarse de amor e irradiar ese amor hacia el exterior, negándose a transmitir el veneno o el odio engendrado
 por los comportamientos que causaron las heridas.
El perdón es un acto espiritual de amor por uno mismo, y envía a todo el mundo, incluido tú mismo,
 el mensaje de que eres un objeto de amor y que eso es lo que vas a impartir.




En eso consiste el verdadero proceso de desvinculación de las heridas, de no seguir aferrándose a ellas como preciadas posesiones. 
Significa renunciar al lenguaje de la culpa y la autocompasión, y a no seguir adelante con las heridas del pasado. 
Significa perdonar íntimamente, sin esperar que nadie lo comprenda. 
Significa dejar atrás la actitud del ojo por ojo, que sólo causa más dolor y la necesidad de más venganza, sustituyéndola por una actitud de amor y perdón. 
Esta forma de actuar es alabada en la literatura espiritual de todas las religiones.


Sentirse dign@ es esencial para poder atraer aquello que se desea. 
Es, simplemente, una cuestión de sentido común. 
Si no tienes la sensación de merecer algo, ¿por qué te lo va a enviar la energía divina que está en todas las cosas? 
Así pues, tienes que cambiar y saber que tú y la energía divina sois una sola cosa, y que es tu ego el que se confabula para impedirte utilizar este poder en tu propia vida.


A continuación se indican algunas de las grandes actitudes y comportamientos que puedes incorporar a tu conciencia para facilitar el crecimiento de tus sentimientos de merecimiento.



UN PLAN QUE TE AYUDARÁ A VER QUE ERES DIGN@ DE RECIBIR Y ATRAER DESDE LA FUENTE DIVINA


Las siguientes sugerencias representan un plan paso a paso para intensificar tu receptividad al poder de la manifestación en tu vida. Si lo pones en práctica, no cabe la menor duda de que te sentirás dign@ de la bendición del espíritu divino que lo abarca todo.

• La palabra «inspiración» significa literalmente «estar infundido de espíritu», o en el espíritu, si se quiere.




Practica hacer aquello que te guste, y procura que te guste lo que haces cada día. 
Si vas a hacer algo, concédete el beneficio de no quejarte y, en lugar de eso, muestra cariño por esa actividad. 
Tu lema aquí ha de ser: «Me gusta lo que hago, y hago lo que me gusta». 
Eso te sitúa «en el espíritu» y te proporciona literalmente el entusiasmo para ser un receptor digno de la gracia de Dios. 
La palabra entusiasmo procede de la raíz griega entheos, que significa, literalmente, «estar lleno de Dios».


Haz todos los esfuerzos posibles por eliminar de tu vocabulario y de tu diálogo interior los hábitos internos de pesimismo, negatividad, juicio, quejas, murmuraciones, cinismo, resentimiento y crítica destructiva. 
Sustitúyelos con optimismo, amor, aceptación, amabilidad y paz como forma de procesar tu mundo y a las personas que hay en él.


Al margen de lo mucho que te sientas tentado de retroceder hacia hábitos cínicos, recuerda que esa es la energía que estás enviando al mundo, y que con ello transmites un mensaje que bloquea la energía que te devolverá lo que deseas. 
Si estás llen@ de negatividad, te encuentras desequilibrad@ y tus resentimientos indican que no te sientes dign@ o preparad@ para aceptar la energía amorosa que deseas.



Procura encontrar cada día un momento de tranquilidad para erradicar los sentimientos de indignidad. 
Ese tiempo de oración o meditación, o de experimentar simplemente el silencio, alimentará tu alma y eliminará finalmente todas las dudas que puedas abrigar acerca de no merecer el ser beneficiario de la abundancia del universo.



Lee literatura espiritual y poesía, y escucha música clásica suave siempre que te sea posible. 


Procura rodearte, en la medida de lo posible, de cosas bellas.



Practica la amabilidad para contigo mism@ y para con los demás, con toda la frecuencia que te sea posible.


Abandona tu necesidad de tener razón y de ganar; en vez de eso, sé amable, y pronto conocerás la bendición de la paz interior. 
Recuerda que tu yo superior sólo desea paz. 
Al practicar la amabilidad, la paz aparece inmediatamente. 
Al estar en paz contigo mismo y con tu mundo, sabes que eres un digno receptor de todo lo que se cruza en tu camino. 
Empiezas a confiar entonces en la energía que aporta la realización de tus deseos.


Si te encuentras en un estado de confusión y, en consecuencia, te preocupa ganar o perder, te hallas a merced de tu propio ego, al que le encanta la confusión. 
Toda esa confusión interna hace que te cuestiones a ti mism@ y tu valía en comparación con otros. 
Y eso trae consigo la duda acerca de si eres o no digno de recibir y manifestar.


Ponte la meta de ser cada día amable con los demás, al menos una vez, y extiende ese mismo privilegio hacia ti mism@, tanto como te sea posible. 
Siempre tienes una alternativa acerca de cómo va a reaccionar tu espíritu. 
La alternativa de la culpabilidad, la preocupación, el temor o el juicio no es más que un pensamiento que se transfiere a tu fisiología.
 Cuando tu yo físico se ve desequilibrado por estas emociones, te sientes demasiado enferm@ e infeliz como para pensar siquiera en participar en el acto de la co-creación de una vida bienaventurada. 
Te saboteas a ti mism@, y todo por la falta de voluntad para ser amable contigo mism@ y con los demás.

Empieza a considerar el universo como un lugar amistoso, antes que enemistoso. 

Sitúa en la categoría de «lecciones» todas las heridas de las fases anteriores de tu vida. 
Deja de verte condicionad@ por esas heridas y de convertirlas en un brazalete identificativo.


Desvincúlate de la actitud de que este mundo es maligno, está lleno de gente mala, y empieza, hoy mismo, a buscar el bien en la gente con la que te encuentres.
Recuerda que, por cada acto de maldad, hay millones de actos de amabilidad.
Este universo funciona con la energía de la armonía y el equilibrio. Inspira para absorber esa energía y elimina de tu mente y tu corazón la idea de que eres una víctima.
Toda vinculación con tus traumas crea una toxicidad celular en tu cuerpo y un envenenamiento espiritual de tu alma.



• Repítelo una y otra vez, hasta que quede bien grabado: «Soy lo que soy, y soy digno de la abundancia que hay en el universo, y de todo lo que hay en él, incluido yo mismo».


Te encuentras ahora en el camino de saber que eres merecedor/a de atraer y manifestar en tu mundo.

Eres consciente de tu yo superior. Confías en ti mism@ y en la sabiduría divina que te ha creado.



Sabes que no estás separad@ de tu entorno, y que dentro de ti existe el poder para transformarte.





W.D.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

EJERCICIOS BÁSICOS PARA MUJERES, EN EL MANEJO DE ENERGIA Y FUERZA.


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Energía y fuerza son fenómenos diferentes.
Para el ser humano, energía implica la detección de movimiento y presión invisible.  Nos influye como cualidad y afecta nuestra sensación y nuestra psicología.
Fuerza significa impulso, dirección y efecto; es el resultado de la intención, consciente o sutil.
Por ejemplo, estamos compuestos por y poseemos energía que usamos libremente en la vida diaria.  Nos deleitamos en ella como si fuera un regalo espontáneo que nos ofrece la creación, sin darnos cuenta como contribuimos a ello.  En una formación energética consciente, la persona aprende a detectar fuentes de energía y a formular fuerzas que configurarán la realidad.
Los significados personales están compuestos de nuestra experiencia de la energía.  Sin embargo, nuestros objetivos son un resultado directo del uso de la razón.  Estos producen fuerza por medio de la voluntad y de la intención, para crear efectos en nuestro mundo.  Llamamos esta fuerza, “poder”.  Aunque el poder es dirigido por la mente, emana de las energías corporales en diferentes localidades.
Al mismo tiempo que esto ocurre, nuestras emociones conspiran a condicionar las energías dentro y alrededor del cuerpo, al igual que nuestra mente marca el paso y afecta nuestro mundo.
NIVEL BÁSICO
Primera Fase: ¿Quién soy?
Identifica lo que es tu verdadero centro de fuerza, donde se encuentra, como afecta el cuerpo, tu actividad y finalmente observa como afecta y es recibido por los que te rodean.Está situado en tu cuerpo físico.  Lo sentirás como un movimiento profundo.
A través de la sensación física podrás descubrir varios “centros”; escoge aquel que se encuentra en el mismo centro de tu cuerpo, el lugar que, una vez encontrado, parece contener todo tu cuerpo.  En una mujer, es una experiencia que envuelve el vientre (la evaluación emotiva de la experiencia de ti misma) y el corazón (la cualidad de lo correcto).  Este es tu centro de poder.  Regresa a él una y otra vez.
Distínguelo de tu postura habitual de poder que depende de pensamientos, estrategia, o aún de disposición emocional.  Ahora es puramente energético.  Contrasta la experiencia de este nuevo centro con el esfuerzo requerido en mantener tu postura habitual de poder. Evalúa el precio que has tenido que pagar y observa el estado liviano de flujo que ahora percibes.  En vez de una identidad basada en etiquetas y actividad, esta identidad emana de ti como un fenómeno energético, único y dinámico.
Segunda Fase: ¿Qué quiero?
Lleva tu mente a distinguir las diferentes metas que tienes y a que niveles están funcionando, cómo te afectan, cuales son las consecuencias de esas aspiraciones, y finalmente cómo determinan tu futuro.
Manifestar un propósito requiere tanto energía como dirección.  No se pueden obviar las necesidades de tu cuerpo, tus emociones, o tu mente; todas las partes están constantemente emitiendo cualidades particulares.  Si son dispares e indisciplinadas, estas influencias obstaculizarán la manifestación de tu intención.
Aprende a ser clara y a escoger.  Enfócate en la dirección y no en la meta.  Si no puedes, esto te indica que la meta te tiene cautiva y no tienes posibilidad de manifestarla.  Practica generar así como soltar el deseo, hasta que puedas captar lo que estás haciendo y cuales son las fuerzas que estás gestionando.
Distingue el estado de mantener una meta en mente del de sostener un foco sin una meta, sintiendo la Presencia de ti misma.  Aquí encontrarás variables tales como la emoción y las imágenes creadas por la mente.  Toma conciencia de ello.  Mídelo en términos de los efectos que producen en tu cuerpo y en tu mundo.  Ahora, escoge como quieres sentirte y ser.
Estás descubriéndote como un centro de emisión, un generador de dinamismo y de movimiento.  Estás descubriendo diferentes “cualidades” de fuerza, sus usos y tu dominio sobre ellas.
Finalmente, evalúa tu propósito en términos de la comunidad mayor (familia, amigos, etc.) y como tus opciones afectan a los otros.  ¿Vale la pena?  Cada campo energético que tu afectas se añade al tuyo; ¿estás usando tu poder apropiadamente? ¿Estás preparada para las consecuencias de las fuerzas que emites?
Tercera Fase: ¿Cuáles son mis prioridades?
Basado en lo anterior, ¿qué es lo más importante para ti, un estado de “ser” o la actividad de “tener” o “hacer”?  Si los aspectos personales y profesionales aún los mantienes separados y los mides por igual, repite los pasos de la primera instrucción y encuentra tu verdadero centro, donde te encuentras entera y plena, no dividida o condicional.  El hacer o el tener debería ser un resultado del ser.  Repite este procedimiento tantas veces como necesites para llegar a una estado unificado de percepción sin meta.
Sopesa las posibilidades a tu alcance, tus talentos, facultades y condiciones físicas.  Escoge aquellos propósitos que tu inteligencia y tu sentido de integración energético te dicen son importantes.
NIVEL INTERMEDIO
Las Tres Atenciones:  Práctica en la observación y el uso de la fuerza
Primera Atención:
Esto concierne el mundo inmediato de los sentidos.  Quiere decir el tiempo y el espacio material, tanto como la concienciación del cuerpo, mente y actividad.  Exige atención al detalle en todas sus formas.  Es el nivel común de ejecución y de eficiencia, requiriendo facultades aguzadas dentro de un espacio y propósito definido y delineado.  Es tu mundo concreto de cosas, dinero y comportamiento social.  El mundo corriente.
Segunda Atención:
Representa la concienciación de los fenómenos circundantes del mundo material.  Este tipo de experiencia concierne la visión de sombras, sentimientos y emociones, posibilidades y probabilidades.  Es una extensión del espacio-tiempo, todavía relacionado con la dinámica de la tercera dimensión.  Aquí tienes conciencia de las personas alrededor de un centro de actividad, sus reacciones y respuestas antes y después del foco principal.  Es una especie de vigilia, una actividad relacionada a cuidar de una persona o de un espacio.  La visión es más amplia y más difusa.  Uno se siente como si se percibiera por los sentidos, percatándose del peligro así como la oportunidad.
Tercera Atención:
Este es un espacio de silencio y de quietud interior dinámica.  Está vagamente conectado con el mundo exterior, como percepción expandida.  Existe una notable ausencia de intereses u opiniones personales.  Es una especie de afinación.
La postura es una de Presencia, semejante a la empleada por las sacerdotisas antiguas, guardianas de templos y de las influencias que los rodeaban.  Aumenta la percepción de la simultaneidad y de la variedad.  Se percibe un estado de neutralidad (como amplitud), en donde se revelan causas, múltiples y colectivas.  Se “sabe” y se “comprende” más allá de la información.  Crea la experiencia de “justicia”, lo “apropiado”, “ética” y “valores”.
Usualmente se accede a este espacio por medio de la meditación.  Es un estado de energía sin direccionalidad.  Contemplación en la Naturaleza ayuda a colocar de lado los detalles y propósitos, permitiéndole a la mente sumergirse en un estado de silencio de donde surgirán respuestas.
La tercera atención aporta coherencia a la disonancia.  Es lo que percibimos como la Paz.
MANIFESTACIÓN: Administrando recursos energéticos
Observación:  La percepción es diferente de la actividad del pensamiento; envuelve al cuerpo entero.
Pasos:
  1. Para toda actividad.  Enfócate en tu Centro y detén la actividad de la mente.
  2. Coloca tu atención en la dinámica del movimiento ofrecido por las emociones.  Explora la “alegría” y entonces suelta su significado, captando y sustentando la energía que genera. Esto será un resultado directo del manejo de las emociones previamente aprendido.  Sustenta ese estado de percepción dinámica.
  3. Ahora expande ese estado, dándole rienda suelta a la intensidad dinámica que has estado sosteniendo.  Hazlo por medio de la voluntad pero sin intención específica.  Concéntrate en la experiencia de ti misma como expansión energética, mientras la mente permanece en silencio.
  4. No deberá haber interés personal.
  5. Separadamente, crea un patrón o molde, un programa que quisieras manifestar.
  6. Mantén el estado de “intención” como uno de gestación sustentada, una forma de tensión alrededor de tu cuerpo físico; ahora inviste con ello el patrón que has visualizado.
  7. Permite que el molde adquiera vida a través de ti.  Géstalo.  Percibe y sobre todo “siente” como se manifiesta tu propósito.  Continúa a sustentar ese campo energético durante un tiempo más y renuévalo cuando lo necesites.
Z.R.

RESPIRACION CONSCIENTE.


La vida depende totalmente del acto de respirar, no solamente el ser humanp y las especies superiores basan su vida y salud en la respiración, también lo hacen indispensablemente todas las formas vivas, hasta los microorganismos. 
Nuestra respiración es la función vital más importante y debemos tomar plena conciencia de ella, pues podemos vivir algún tiempo sin alimento, un poco menos sin agua, pero sólo breves instantes sin respirar. 

Debemos respirar por la nariz, en forma natural como lo hace un bebé, con lo cual no sólo los pulmones se expanden, sino también el vientre, tomando todo el aire necesario para vitalizar y renovar los tejidos.
Al levantarnos, varias veces durante el día, debemos respirar en forma consciente, dinámica y rítmica, si podemos en lugares de gran vibración y despejados, de ser posible en una montaña, a la orilla de un río, del mar; de un bosque y en general en lugares donde no haya mucha polución, sino aire puro.
Podríamos iniciar un ciclo de respiraciones rítmicas por siete o más veces en la mañana, al mediodía y por la noche, tal como sigue:
Inhalamos profundamente contando mentalmente hasta cuatro, luego retenemos el aire en nuestro interior contando hasta cuatro y lo dejamos salir por nuestras fosas nasales en forma total contando hasta cuatro, sin dejar entrar aire nuevamente, retenemos la respiración contando hasta cuatro y comenzamos de nuevo. 
Posteriormente con la práctica podemos cambiar el conteo, por una afirmación mental positiva, tal como pensar mientras inhalamos “yo estoy alegre” o “yo soy salud” por ejemplo. 
Lo mismo al retener, al exhalar y al contener. 
Estas afirmaciones positivas utilizan el prana absorbido en nuestra respiración, y llenan de vida nuestras células. 
Igualmente debemos practicar junto con la respiración algún deporte cada vez que podamos, o bien practicar caminatas por lugares saturados de naturaleza y alegría positiva, lugares que sean alegres y bellos.
Nuestros cuerpos toman el carácter del medio ambiente y el aire que respiramos, entonces respiremos con vigor y descarguemos los elementos destructivos, ya que una respiración débil e incompleta produce con el tiempo enfermedades. 
Junto con la respiración practiquemos ejercicios, pero al hacerlo procuremos no proyectar sobre los átomos internos sombras de preocupaciones ni de ansiedad, porque el cuerpo es fácilmente compenetrado. 
Procuremos que nuestro baño diario no cause sacudidas fuertes a nuestro cuerpo, por lo que el agua no debe estar demasiado caliente, ni demasiado fría y al secarnos frotemos el cuerpo con vigor.
Igualmente cada que podamos tomemos baños de sol, pero protegiendo la cabeza con una toalla húmeda, porque la base del cráneo se ha de mantener fría. 
Todo lo anterior y pensar positivamente, tanto de nosotros mismos como de nuestros semejantes, nos abre la puerta al encuentro con la divinidad que reside en nosotros mismos. 
Sólo necesitamos para ello decisión y fuerza de voluntad.

RESPIRACIÓN PURIFICADORA.
Este tipo de respiración es muy importante y es conveniente utilizarla al terminar nuestros ejercicios respiratorios, al terminar de practicar un deporte o cuando hemos realizado un trabajo físico mental. 
La respiración purificadora ventila y limpia los pulmones, estimula las células, tonifica los órganos respiratorios, contribuye a mantener una buena salud y estado de ánimo. 
Consiste en:
1. Inhalar aire suficiente en forma natural, y siempre por las fosas nasales.
2. Retener el aire unos segundos, luego colocar los labios en actitud de silbar (pero sin hinchar las mejillas), y exhalar con vigor más o menos la mitad del aire, retener un momento el aire restante y exhalarlo en porciones hasta exhalarlo completamente. 
Estas exhalaciones deben realizarse con vigor.

RESPIRACIÓN VITALIZADORA DEL SISTEMA NERVIOSO.
El objeto de éste tipo de respiración es tonificar el sistema nervioso y desarrollar su fuerza, su energía y su vitalidad. 
Para realizarlo debemos proceder como sigue:
1. De pie y con el cuerpo bien derecho inhala y se retiene.
2. Mientras retenemos, extendemos los brazos hacia adelante, algo flojos, aplicando sólo fuerza necesaria para mantenerlos en dicha posición.
3. Llevamos las manos hacia los hombros, contrayendo los músculos y comunicándole vigor a nuestros puños, los cuales al llegar a la altura de los hombros deben estar fuertemente cerrados.
4. Se extienden las manos con los puños cerrados varias veces hacia adelante y hacia los hombros, con vigor en forma rápida.
5. En la última extensión se exhalar vigorosamente de un solo golpe el aire por la boca.
6. Luego de realizar esta respiración por tres, cinco o siete veces, realizamos una respiración purificadora para terminar el ejercicio.


martes, 6 de agosto de 2013

10 sugerencias para una vida positiva.



1. Mantén la calma en los momentos difíciles.
Es fácil ser positivo cuando todo nos va bien, pero el verdadero reto ocurre en las situaciones conflictivas. 
La mejor estrategia para sobrellevarlas es manteniendo la calma, confiando en que todo será resuelto, en parte por tu iniciativa positiva y en gran medida por la ayuda del Universo.

2. Sé comprensiv@ con los demás.
Como seres humanos, todos tenemos nuestras limitaciones y cometemos errores. Comprendiendo esto, valora la bueno que hay en cada persona que sueles criticar, y harás crecer en ellas más de sus bondades.

3. Enfoca tu atención en las cosas que más te gustan.
Aquello en lo que te enfocas, lo haces crecer. 
Cuando hay algo en tu vida que no te gusta, nada puede empeorar más esa situación que enfocarte en el problema. 
Apunta tu atención hacia lo que deseas que ocurra, y ocurrirá. 
Generas tu camino, a medida que elijes en qué enfocarte.

4. Si aparece un pensamiento negativo, acéptalo y déjalo fluir
Si te resistes a aceptarlo, le estás dando atención y más poder, haciendo que el mismo crezca en tu mente y se manifieste en tu realidad. 
Recuerda siempre: “A lo que te resistes, persiste”. 
Acéptalo y elije cambiarlo por al menos una ideas positivas.

5. Lo que te parece real, es sólo tu percepción.
Solemos darle demasiada dimensión a la percepción de los hechos, considerando nuestro punto de vista como el único verdadero. 
Sin embargo, esa no es la realidad. 
O, al menos, no es la única realidad. 
Es simplemente tu pensamiento configurando tu entorno. 
Reflexiónalo.

6. Perdona, suelta, libera.
El perdón es la acción que nos permite desprendernos de aquello que tanto nos lastimó.
 No significa justificar lo sucedido, ni a quien cometió el hecho, sino simplemente tomar la decisión de soltarlo, para que no influencie más en nuestra vida.

7. Habla siempre en positivo.
Cuida tus palabras, pues se vuelven realidad. 
Sobre todo aquellas palabras a las que les pones sentimiento. 
Por un día, toma consciencia de cuántas oraciones negativas emites, y trata deliberadamente en convertirlas en positivas y afirmativas.

8. Medita
La meditación es un excelente medio para ingresar en nuestra interioridad y estar en contacto con la fuente creadora. 
Los beneficios de la meditación son múltiples. 

9. Visualiza situaciones agradables para ti, para tus seres queridos y para todo el Mundo.
Cada vez que visualizas, estás creando. 
Pero no te limites en crear sólo para ti, crea también para los demás. 
Con tu intención puedes ayudar a quien desees e incluso al mundo. 
Y toda la ayuda que brindes, te será devuelta multiplicada.

10. Brinda Amor, sin importar lo que recibas.
El amor es esencialmente, el único sentimiento. 
Los demás sentimientos son variables de intensidad del amor. 
La carencia absoluta de amor, genera el odio. 
Brinda amor y te será devuelto. 
Y, principalmente, bríndate amor a ti mism@. 
Llénate lo suficiente y reparte, no importa lo que te den, toma la decisión de repartir amor.